Atención pastoral para migrantes y refugiados
La Iglesia Católica en los Estados Unidos es una Iglesia inmigrante, con una larga historia de acogida de una diversidad de recién llegados y de prestación de asistencia y atención pastoral a los inmigrantes, migrantes, refugiados y personas desplazadas.
Nuestra Iglesia ha respondido a la llamada de Cristo de “recibir al forastero”, porque en este encuentro con el inmigrante, el migrante y el refugiado en nuestro medio, nos encontramos con el propio Cristo. Un abundante acervo de enseñanza de la Iglesia, que incluye encíclicas papales, declaraciones y cartas pastorales de obispos, ha reforzado constantemente nuestra obligación moral de tratar al extranjero como trataríamos a Cristo mismo.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) ofrece recursos gratuitos para la Semana Nacional de la Migración, que comienza el 23 de septiembre de este año 2024. En su último mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco enfatiza el tema “Dios camina con su pueblo”. Este tema sirve como recordatorio de que Dios acompaña constantemente a su pueblo a lo largo de la historia, guiándolo y proveyéndolo, tal como lo hizo con los israelitas.
Como católicos, Jesús nos ordena (MT 25) brindar apoyo y cuidado a los más vulnerables entre nosotros, incluidos los que están desabrigados, los hambrientos, los encarcelados y los desconocidos. A través de este alcance, estamos llamados a acompañar a los migrantes en todas las etapas de su viaje: desde el punto de origen, durante el tránsito y hasta su destino final.
Para obtener más información y recursos, visite el sitio web del Vaticano para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
29 de septiembre de 2024 17:30
110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
1725 Rhode Island Ave NW, Washington, DC 20036
La declaración pastoral Acogiendo al forastero entre nosotros: Unidad en la diversidad, emitida por los Obispos de los Estados Unidos en 2001, exhorta a los fieles católicos a experimentar una conversión de la mente y el corazón; nos implora abrirnos a la comunión y la solidaridad con los diversos recién llegados y nos suplica que busquemos nuevas vías y medios significativos para dar la bienvenida a nuestros hermanos inmigrantes en nuestras parroquias, escuelas y comunidades.
En 2003, los Obispos de los Estados Unidos y México reconocieron, en su declaración pastoral conjunta Juntos en el camino de la esperanza ya no somos extranjeros, que el actual sistema de inmigración necesita una reforma exhaustiva. Ofrecieron asimismo un conjunto de recomendaciones integrales encaminadas a enmendar las leyes y políticas de los Estados Unidos con el fin de configurar un sistema de inmigración más humano y justo en nuestra nación.
El Día Mundial de los Refugiados rinde homenaje a los refugiados de todo el mundo. Se celebra cada año el 20 de junio y reconoce la fortaleza y el coraje de las personas que se han visto obligadas a huir de su país de origen para escapar de conflictos o persecuciones. Para obtener más información sobre el Día Mundial de los Refugiados, visite el sitio web de Catholic Relief Services.
Educarse
- La página web del Vaticano para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado fue creada por una Oficina del Vaticano que actúa bajo la dirección del Papa Francisco, con el fin de garantizar que cuantos se vean obligados a huir no sean excluidos ni queden abandonados.
- La Oficina de Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) pone en práctica el compromiso asumido por los obispos católicos estadounidenses de proteger la vida y la dignidad de la persona humana. La oficina presta servicios y defiende a los refugiados, asilados, migrantes, niños no acompañados y víctimas de la trata de personas.
- Justicia para los Inmigrantes es una iniciativa de la USCCB cuyo propósito es educar al público acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la migración, suscitar voluntad política para lograr una reforma migratoria justa y humana y abogar por reformas dignas y justas de las leyes y las políticas para la migración y los refugiados.
Defender
- Inscríbase para las alertas de acciónque difunde la oficina de Justicia para los Inmigrantesy manténgase informado acerca de las propuestas de políticas más recientes y para enterarse de qué puede hacer usted para que su voz sea escuchada.
- Conéctese con la Conferencia Católica de DC y la Conferencia Católica de Maryland para saber cómo puede aportar su contribución a la defensa de los migrantes a nivel local.
- Entérese de qué ayuda puede usted ofrecer a Catholic Relief Services en español en su trabajo de defensa de los refugiados abordando las causas fundamentales de la pobreza.
- Ofrézcase como voluntario o haga una donación a la Red Legal de Caridades Católicas o a la Red Legal Católica de Inmigración.
Orar
Una oración por los migrantes y los refugiados (tomada de la USCCB)
Señor Jesús, cuando multiplicaste los panes y los peces, nos prodigaste más que alimento para el cuerpo: Nos ofreciste el don de tu propia Persona, el don que satisface toda hambre y que sacia toda sed. Tus discípulos estaban llenos de temor y dudas, pero tú, Señor, derramaste tu amor y tu compasión sobre la multitud de los migrantes, dándoles la bienvenida como hermanos y hermanas.
Señor Jesús, hoy nos llamas a nosotros a dar la bienvenida a los miembros de la familia de Dios que llegan a nuestras tierras huyendo de la opresión, la pobreza, la persecución, la violencia y la guerra. Nosotros también, como tus discípulos, estamos llenos de temor, dudas y hasta desconfianza, y por eso levantamos barreras en el corazón y la mente.
Señor Jesús, ayúdanos con tu gracia, te rogamos, para desterrar los miedos de nuestro corazón, y así podamos acoger a cada uno de tus hijos como nuestro propio hermano y hermana; dar la bienvenida a los migrantes y refugiados con alegría y generosidad, mientras tratamos de atender a sus muchas necesidades; darnos cuenta de que tú nos llamas a todos a subir a la montaña santa para conocer las sendas de la paz y la justicia; compartir de nuestra abundancia mientras tú despliegas un banquete delante de nosotros; y dar testimonio de tu amor a todas las personas, conforme celebramos los muchos dones que ellas traen consigo.
Te alabamos y te damos gracias por la familia que nos has encomendado formar de tantas personas. En esta familia humana vemos un reflejo de la unidad divina de la Santísima Trinidad, en cuyo nombre elevamos nuestra plegaria: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Para más información, por favor póngase en contacto con la Oficina de Diversidad Cultural y Extension.