Protección de menores y entornos seguros

La Arquidiócesis de Washington está comprometida a resguardar a los niños en condiciones de seguridad y brindar curación a los que hayan sido lesionados. Aquí usted puede enterarse más acerca de nuestra política de protección de menores; inscribirse para la verificación de antecedentes y capacitación si está buscando empleo remunerado o trabajo voluntario con jóvenes en la Arquidiócesis, y si usted ha sido víctima de abuso sexual de menores o maltrato de adultos, por favor póngase en contacto con la Oficina de Protección de la Infancia y la Juventud y Entornos Seguros llamando al 301-853-5328, para recibir la asistencia que necesite.

Como parte de la revisión y actualización periódicas de los reglamentos normativos de la Arquidiócesis, en julio de 2019 se emitió una nueva versión de la política de protección de menores. Aquí hay diez cosas (en inglés) que conviene saber sobre la política arquidiocesana para la protección de menores.

La arquidiócesis ha tenido una Política de Protección Infantil por escrito desde 1986. La política cubre informes, prevención y curación. Obliga a informar a las autoridades civiles; educación para niños y adultos; y verificaciones de antecedentes para clérigos, empleados y voluntarios que trabajan con menores. También se incluye información sobre asistencia para las personas perjudicadas y qué hacer si hay una denuncia. Una Junta Asesora de Protección de la Infancia compuesta predominantemente por expertos legos asesora y supervisa el cumplimiento de los esfuerzos de protección de la infancia.

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Dios del amor infinito,
Siempre presente, siempre justo;
Tú nos cuidas y nos proteges
Y nos diste a tu único Hijo
Para salvarnos con su sangre en la cruz.

Jesús manso, pastor de la paz,
Dígnate unir a tu propio sufrimiento
El dolor de todos los que han sido heridos
De cuerpo, mente y espíritu
Por parte de aquellos que traicionaron la confianza puesta en ellos.

Escucha el clamor de nuestros hermanos y hermanas Que han sido lastimados gravemente,
Así como el clamor de aquellos que los aman.
Dales la esperanza que mitigue el desosiego de sus corazones,
dales la fe que calme sus espíritus perturbados. Concédeles justicia para su causa,
Ilumínalos con tu verdad.

Espíritu Santo, consolador de corazones,
Cura las heridas de tus hijos e hijas
Y devuelve la integridad a lo que ha sido quebrantado. Concédenos el valor y la sabiduría,
La humildad y la gracia, para actuar con justicia. Sopla tu sabiduría en nuestras oraciones y empeños. Que todos los que han sido heridos por el abuso encuentren paz y justicia.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.