Oraciones cristianas católicas

“La oración nos va transformando: calma la ira, mantiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza de perdonar. En la oración se nos concede la gracia para afrontar cada día con esperanza y valentía, como llamadas de Dios y ocasiones para encontrarnos con Él. Además, la oración nos ayuda a amar a los demás, conscientes de que todos somos pecadores y, al mismo tiempo, amados personalmente por el Señor. Somos seres frágiles, pero sabemos rezar: esta es nuestra mayor dignidad. Rezando y amando así este mundo, amándolo con compasión y ternura, como Jesús, descubriremos que cada día lleva escondido en sí un fragmento del misterio de Dios.”
Papa Francisco, Audiencia general, 10 de febrero de 2021

Immaculate Heart of Mary

Acto de consagración al Inmaculado Corazón de María

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo.

Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?” Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: “No tienen vino” (Jn 2, 3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.

Por eso, acoge, oh Madre, nuestra súplica.
Tú, Estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.
Tú, Arca de la Nueva Alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.
Tú, “Reina del cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.
Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.
Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.
Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.
Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.
Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: “Ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: “Ahí tienes a tu madre” (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.

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Acto de contrición

Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, cumplir la penitencia, no volver a pecar y evitar las ocasiones de pecado. Perdóname, Señor, por los méritos de la pasión de nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

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Acto de amor

Oh Dios y Señor mío, te amo sobre todas las cosas y amo a mi prójimo por ti, porque tú eres el bien supremo, infinito y perfecto, digno de todo mi amor. En este amor pienso vivir y morir. Amén.

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Ángel de Dios

Ángel de Dios, mi querido guardián, a quien el amor de Dios me encomienda aquí, permanece hoy siempre a mi lado, para iluminar y custodiar, para gobernar y guiar. Amén.

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Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre, Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Pope Francis prays the rosary.

Ven, Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu y gocemos siempre
de su divino consuelo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

rosary

Coronilla a la Divina Misericordia

La Coronilla a la Divina Misericordia se reza con un rosario común y con las siguientes oraciones:

  1. Señal de la cruz
  2. Padre Nuestro
  3. Ave María
  4. Credo de los Apóstoles
  5. En las cuentas que corresponden al Padre Nuestro se recita la siguiente oración:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

  1. En las 10 cuentas que corresponden al Ave María se recita la siguiente oración:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

  1. La siguiente invocación se repite tres veces:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

  1. Oración final, opcional:

Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia misma.

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Descanso eterno

Concédeles, Señor, el descanso eterno,
y brille para ellos la luz perpetua.
Que descansen en paz. Amén.

Father Eden Jean Baptiste elevates the Eucharist

Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.

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Salve

Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María,
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Ave María

Dios te salve, María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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Padre Nuestro

Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
y perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal. Amén.

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Oración para bendecir los alimentos

Bendice, Señor, estos alimentos que vamos a recibir por tu misericordia, y bendice a quienes los han preparado. Da pan a los que tienen hambre, y hambre de justicia a los que tienen pan.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración para después de las comidas

Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, por todos tus dones, por Cristo Señor nuestro, que vives y reinas, ahora y siempre. Amén.

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Oración para la generosidad

Señor, enséñame a ser generoso.
Enséñame a servirte como mereces;
Dar sin contar el costo;
Luchar sin fijarme en las heridas;
Esforzarme sin buscar descanso;
Servir sin pedir recompensa,
salvo la de saber que hago tu santa voluntad. Amén.

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Oración de apertura de las reuniones

Señor, al reunirnos en tu nombre, queremos estar en tu presencia. Concédenos un espíritu de diálogo, ilumina nuestra mente con la luz de la verdad y fortalece nuestro espíritu fraterno para que busquemos y hagamos siempre tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración de cierre de las reuniones

Padre de bondad, te damos gracias por este encuentro en el que hemos compartido nuestras aspiraciones y dudas, nuestros proyectos y dificultades. Enséñanos a responder siempre conforme a nuestra visión y nuestra misión en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Statue of St. Joseph

Oración a San José

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios te confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos por el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
(Papa Francisco, Patris Corde)

Holy family statue of Saint Joseph, the Virgin Mary and baby Jesus

Oración a la Sagrada Familia

Amados Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a ustedes, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
un lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret, haznos tomar más conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Amados Jesús, María y José,
escuchen y acojan nuestra súplica, les rogamos. Amén.

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San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla,
sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas. Amén.

Mass for the Solemnity of Mary, Mother of God

Ángelus

El Ángel del Señor anunció a María.
Y concibió del Espíritu Santo.
Ave María…

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.
Ave María…

El Verbo se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Ave María…

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Gold cross at the National Shrine

Benedictus

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Mass marking Indian Catholics’ 25th anniversary pilgrimage honoring Our Lady of Vailankanni

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia llega
a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza
según lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Asian & Pacific Island Catholic Marian Pilgrimage

Memorare

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio, haya sido desamparado.

Animado por esta confianza, a ti acudo,
Madre, Virgen de las vírgenes,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante ti.

Madre de Dios, no deseches mis súplicas,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente.
Amén.

Regina Coeli

Alégrate, Reina del cielo, aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar, aleluya,
Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.

Oremos: Oh Dios, que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos por su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.

Hands Praying Rosary

Santo Rosario

Los misterios gozosos
(se rezan lunes y sábado)
La anunciación
La visitación
La Natividad de Nuestro Señor
La presentación
El Niño perdido y hallado en el Templo

Los misterios luminosos
(se rezan el jueves)
El bautismo de Jesús
El milagro en las bodas de Caná
La proclamación del Reino de Dios y llamado a la conversión
La Transfiguración de Nuestro Señor
La institución de la Sagrada Eucaristía

Los misterios dolorosos
(se rezan martes y viernes)
La agonía en el huerto
La flagelación de Nuestro Señor
La coronación de espinas
Nuestro Señor carga la cruz al Calvario
La crucifixión de Jesús

Los misterios gloriosos
(se rezan miércoles y domingo)
La resurrección de Nuestro Señor
La ascensión al cielo
La venida del Espíritu Santo
La asunción de la Virgen María
La coronación de María Reina del cielo y de la tierra

Pastor gives Communion to a girl

Comunión Espiritual

Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas, y deseo tenerte en mi alma.
Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón;
Y como si ya hubieses venido, te abrazo y me uno del todo a ti.
No permitas que nunca me aparte de ti.

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Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.

Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

Guadalupe Tilma prayer service at St. Anthony's Catholic Church in North Beach.

OTRAS ORACIONES

Oración por la familia (USCCB)

Oraciones para la vida católica (día a día)

Manual de oraciones católicas (La verdad católica)

Oraciones por la iglesia y el mundo (Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos)

Letanías (USCCB)

Para más información, por favor contacte a la Oficina de Evangelización.